Que yo sepa sólo una vez en la historia una maqueta de plástico ha ocupado la primera pagina de un periódico. Fue el 19 de junio de 1961 y el periódico en cuestión era nada menos que el New York Times. En el artículo, el almirante Rickover, afirmaba que una famosa marca de modelos a escala había proporcionado información clasificada a la Unión Soviética. ¿Cómo?. Poniendo a la venta una maqueta de plástico que mostraba los interiores de un submarino de misiles balísticos del tipo “polaris”; el USS George Washington. El artículo mostraba una foto de la maqueta y Rickover llegó a afirmar:
- Si yo fuera un ruso estaría muy agradecido a los Estados Unidos por su generosidad en suministrarme tal información al precio de 2,98 dólares.
Aunque no se mencionaba la marca, todo casi todo el mundo en Estados Unidos sabía que el culpable de tal felonía era nada más y nada menos que Revell, el primer productor norteamericano de modelos a escala en plástico.
Las tribulaciones del célebre almirante yanqui fueron recibidas con gran alborozo por el departamento de publicidad de la casa Revell que vio en la historia del Times una magnífica promoción publicitaria totalmente gratis. El presidente de Revell, Lew Glaser, dio una rueda de prensa en la piscina de su casa (todo muy al estilo USA) y llegó a bucear en la misma con una de sus maquetas ya montada. Glaser informó a la prensa de que la información para construir el modelo provenía de varias revistas populares disponibles para cualquiera que se tome el tiempo y la molestia de buscarlas. Además el presidente de Revell señaló que había importantes diferencia entre el modelo a escala y el original. La principal consistía en que el submarino de Revell llevaba únicamente 8 lanzamisiles mientras que el original tenía 16. En pocos días Revell vendió toda la producción disponible de submarinos que tenía. Aquel artículo fue uno de sus grandes negocios. Una historia realmente curiosa.
Con los años Revell mejoró considerablemente la maqueta. Incluyó el número correcto de lanzamisiles e hizo otras mejoras. Aunque en el catálogo de este año la maqueta no aparece, no es difícil de encontrar en muchas tiendas del hobby y por internet. Yo la hice el año pasado y lo cierto es que lo pasé en grande. La maqueta en realidad es una aproximación a lo que podía ser uno de estos submarinos por lo que a la hora de montarlo podemos relajarnos. No hacen falta ni libros de consulta, ni fotograbados ni piezas de resina. Únicamente tener un poco de cuidado por la gran cantidad de rebabas que trae y las marcas de los viejos moldes que hay que eliminar. No es una maqueta para principiantes. Tiene 210 piezas y terminada tiene una eslora de 630 mm. Terminada queda muy resultona. Una maqueta para nostálgicos como yo a los que nos encantan las viejas maquetas de barcos de plástico.
Fernando José García Echegoyen
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